Fomentar en los niños el amor por el movimiento y la actividad física para toda la vida es el objetivo de muchos padres y cuidadores. Por desgracia, menos del 24% de los niños de 6 a 17 años realizan 60 minutos diarios de actividad física, que es la cantidad recomendada para los niños.
¿La buena noticia? Cuando los niños se aficionan pronto a algo como el movimiento, suelen quedarse con ello para toda la vida. Para asegurarte de que tu hijo haga suficiente ejercicio cuando crezca, debes sentar las bases para que aprecie el movimiento durante toda su vida en sus primeros años.
Sigue leyendo para descubrir cómo el amor por el movimiento empieza en casa, obtener ideas para inspirar a los niños pequeños a moverse y disfrutar con ello, y saber por qué los niños físicamente activos se convierten en adultos activos.
El amor por el movimiento empieza en casa
Las bases que se sientan con los niños pequeños son fundamentales para su salud general.
La Dra. Denise Woodall-Ruff, pediatra y directora del Healthy Weight & Wellness Center del Stony Brook Children’s Hospital, afirma que los niños toman como modelo las acciones de sus padres y otros modelos importantes en su vida en lo que se refiere a multitud de comportamientos de estilo de vida, incluidos los hábitos de actividad física y forma física.
«Un niño que observa a uno de sus padres o a un modelo a seguir practicar un nivel saludable de actividad física tiene más probabilidades de aceptar estos comportamientos por sí mismo«, afirma. «Del mismo modo, un niño que observa a su cuidador sentarse en el sofá durante periodos prolongados y adoptar conductas sedentarias es más probable que acepte estas conductas como norma«, añade Woodall-Ruff.
La Dra. Natasha Trentacosta, especialista en medicina deportiva pediátrica y de adultos y cirujana ortopédica del Instituto Kerlan-Jobe del Cedars-Sinai de Los Ángeles, está de acuerdo. «Los padres, cuidadores y educadores son modelos a seguir para los niños pequeños, ya que los niños admiran a estas personas para dar ejemplo de cómo desenvolverse en la vida«, dice.
«Los niños que ven a sus padres practicar deporte y actividades físicas con regularidad tienen más probabilidades de hacerlo ellos mismos, sobre todo ahora que aumenta el tiempo que pasan los niños pequeños frente a una pantalla y disminuye la actividad física«, dice Trentacosta. Establecer hábitos saludables a una edad temprana les acompañará durante su crecimiento.
Cómo inspirar el amor por el movimiento
La clave para inspirar el amor por el movimiento desde una edad temprana es centrarse en la diversión. Al igual que los adultos, es menos probable que los niños se entusiasmen con algo que no disfrutan. Además, si se divierten, probablemente querrán seguir haciéndolo, lo que les dará tiempo para practicar y mejorar sus habilidades.
«Cada niño es único, y algunos gravitan hacia el ejercicio y la actividad física más que otros«, dice John Gallucci Jr, CEO de JAG-ONE Physical Therapy.
Por eso es esencial encontrar actividades que le gusten a tu hijo y convertirlas en actividades que le animen a moverse más. «Los niños, especialmente los más pequeños, no deben sentir que el ejercicio es una tarea«, dice Gallucci.
A medida que los niños crecen y participan más en deportes organizados, ten en cuenta que a algunos les encantan los deportes estructurados y la competición, pero a muchos otros no. Mantenga una definición más amplia del movimiento que incluya los paseos con la familia, bailar en el salón, trepar a los árboles, hacer yoga o cualquier otra cosa que les guste.
Conseguir que los niños se interesen por el movimiento y la actividad física a una edad temprana aumenta la probabilidad de que obtengan antes todos sus beneficios, y es probable que su interés por el ejercicio siga aumentando a medida que crecen.
Consejos para empezar
Ofrecer oportunidades de movimiento cada día es fundamental para el desarrollo físico, mental y emocional de tu hijo. También ayuda a sentar las bases para la participación activa en actividades físicas cuando sea adulto.
He aquí 11 consejos que te ayudarán a inspirar el amor por el movimiento desde una edad temprana.
1. Asegúrate de que la actividad es apropiada para la edad
Pedir a un niño de 3 años que participe en un partido familiar de bádminton puede no ser la mejor manera de fomentar el movimiento. Sin embargo, bajar la red y darle una raqueta de tamaño preescolar con una pelota grande aumenta el éxito y mejora el factor diversión.
2. Centrarse en la motricidad
El desarrollo de la motricidad es fundamental para los niños, sobre todo para los preescolares. Estas habilidades ayudan a los niños con el equilibrio, la fuerza, la coordinación y el tiempo de reacción.
Si tienes niños pequeños o en edad preescolar, mantén las actividades centradas en dar patadas o lanzar una pelota, saltar, trepar, hacer carreras de obstáculos o montar en triciclo o bicicleta con ruedines.
Asegúrate de que llevan casco y otros elementos de protección cuando monten en bicicleta, y supervísales adecuadamente cuando trepen o utilicen juguetes o dispositivos móviles.
3. Haz que los juguetes activos estén disponibles
Cuando elijas juguetes de interior y exterior, incluye artículos que requieran un juego activo, como pelotas para los niños pequeños y bicicletas y patinetes para los mayores. Los juguetes para trepar son una excelente opción para los niños pequeños, en edad preescolar y escolar, sólo hay que asegurarse de que sean apropiados para su edad.
Procura que en casa haya más juguetes activos que pasivos. Cuando tu hijo te pida un juguete nuevo, dile que done un juguete pasivo a cambio de un juguete activo nuevo. Esto inclina la balanza a favor del movimiento y les enseña que menos es más.
4. Fomenta el juego libre
El juego libre es la forma en que los niños aprenden sobre sí mismos y su entorno. También es un momento excelente para hacer algo de ejercicio.
Asegúrate de incluir varias oportunidades de juego libre a lo largo del día. Para mantener el juego activo, anima a tu hijo a salir al aire libre durante 30 minutos y usar su imaginación para crear una carrera de obstáculos o una búsqueda del tesoro, montar en bicicleta o patinete, o jugar con pelotas y otros juguetes de exterior.
5. Actívate con tus hijos
Decir a los niños de cualquier edad que «hagan ejercicio» no siempre funciona. Sin embargo, si te pones activo con tus hijos, es más probable que ellos quieran participar. Además, esto puede ahorrar tiempo a los padres que trabajan y quieren hacer ejercicio, pero les cuesta separarse de sus hijos fuera de la jornada laboral.
6. Crear un programa de actividades
Woodall-Ruff recomienda establecer un programa semanal de actividad física con objetivos. Es algo que deberíais hacer juntos y colocarlo en un lugar común. Decide con tu hijo una recompensa no relacionada con la comida cuando alcance ese objetivo.
7. Habla de fitness
Si quieres inspirar a tus hijos para que amen el movimiento, tienes que enseñarles lo que significa. Busque oportunidades para crear una cultura positiva del ejercicio físico en casa. Habla de tus entrenamientos, deportes y actividades y de lo importantes que son en tu vida. En la mesa, habla de la comida y de cómo impulsa el movimiento.
8. Convierte las tareas en ejercicio
Emparejar las tareas con competiciones activas consigue dos cosas: su hijo completa una tarea doméstica y hace ejercicio mientras la realiza. Si tiene más de un hijo, convierta las tareas en una competición que implique ejercicio.
Por ejemplo, los niños pequeños y en edad preescolar pueden competir para ver quién mete la colada en el cesto más rápido. Fuera de casa, haz que recoger el jardín o quitar las malas hierbas sea una competición. Designa una zona del jardín para que cada niño (y cada padre) la limpie. Gana el que acabe antes.
9. Deja que elijan la actividad
Incluso los niños pequeños saben lo que les gusta, y seguro que se sienten apreciados cuando se les pregunta por ello. Deja que tu hijo elija algunas actividades o deportes que te gusten y participen en ellos en familia.
10. Apúntate a un centro preescolar basado en actividades
Si necesitas una guardería o piensas enviar a tu hijo a un centro preescolar, busca lugares donde el movimiento y el ejercicio físico sean una parte importante de la jornada.
11. Prueba un deporte organizado
Cuando los niños tengan edad suficiente, puedes plantearte inscribirlos en un deporte organizado. La Academia Americana de Pediatría afirma que la mayoría de los niños están preparados para practicar deportes sencillos y organizados a los 6 años.
Los deportes colectivos, como el fútbol y el baloncesto, tienen categorías de edad que adaptan el juego a la edad y el nivel del niño, permitiéndole practicar nuevas habilidades mientras aprende a competir.
Pautas de actividad física para niños
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que los niños realicen actividad física durante 60 minutos o más al día.
Más concretamente, las Pautas de Actividad Física para los Estadounidenses proporcionan un marco de pautas de ejercicio que los padres y cuidadores deben seguir en función de los grupos de edad.
Niños en edad preescolar
Los niños pequeños de 3 a 5 años deben realizar mucha actividad física a lo largo del día. El objetivo del movimiento a esta edad es potenciar el crecimiento y el desarrollo. Los niños en edad preescolar deben estar expuestos a una gran variedad de actividades y juegos activos. La variedad es la clave cuando los niños son pequeños.
Jóvenes en edad escolar
Los niños, adolescentes y jóvenes de 6 a 17 años deben realizar ejercicio de intensidad moderada a vigorosa durante al menos 60 minutos al día. No tiene por qué ser de una sola vez. Anima a los niños a dividir los 60 minutos en trozos.
Por ejemplo, 20 minutos practicando fútbol, 20 minutos montando en bicicleta y 20 minutos de actividad física en el colegio. Recuerda que cualquier cantidad de ejercicio y movimiento de moderado a intenso cuenta para las pautas de actividad física.
Lo ideal es que los jóvenes en edad escolar realicen actividades aeróbicas, de fortalecimiento muscular y de fortalecimiento óseo. Sin embargo, la mayor parte de los 60 minutos diarios deben ser de actividad aeróbica o cardiovascular. Pueden incluir ejercicios de fortalecimiento muscular y óseo, como el entrenamiento de resistencia, tres días a la semana.
Algunos ejemplos de actividades aeróbicas para niños en edad preescolar son jugar a la mancha, seguir al líder, jugar en el patio, montar en bicicleta, caminar, saltar a la comba, bailar, nadar, lanzar y atrapar objetos y dar volteretas.
Mientras tanto, las actividades aeróbicas para niños y adolescentes en edad escolar incluyen correr, montar en bicicleta, practicar deportes, artes marciales, bailar, juegos de atrapar y lanzar, senderismo, natación, y fútbol.
Relación entre el movimiento en la infancia y la forma física en la edad adulta
Los niños que desarrollan hábitos saludables de actividad física tienen más posibilidades de mantener esos hábitos en la edad adulta.
Las investigaciones demuestran que la actividad física mejora la salud del corazón, favorece la fortaleza ósea y muscular y ayuda a mantener un peso saludable.
Woodall-Ruff afirma que estos beneficios de la actividad física en los niños pueden traducirse en resultados más saludables en la edad adulta.
Un amplio estudio observacional que incluyó a más de 48.000 mujeres posmenopáusicas descubrió que los niveles más altos de actividad física recordados por ellas mismas en la infancia se asociaban con niveles más altos de actividad en la edad adulta.
Más concretamente, las mujeres que eran activas de niñas participaban en niveles más altos de actividad física en la edad adulta, con una media de 2,8 horas equivalentes metabólicas (MET) semanales más que las mujeres que siempre fueron inactivas durante la infancia.
Otro estudio descubrió que la participación en deportes a los 10 años se asociaba con una mayor actividad física a los 42 años. Sin embargo, este estudio también analizó el juego al aire libre a los 10 años como factor predictivo de la actividad física en la edad adulta y descubrió que, a diferencia de la participación en deportes, el juego al aire libre a los 10 años no estaba asociado con la participación en actividad física a los 42 años.
Los niños físicamente activos tienen más probabilidades de convertirse en adultos activos y suelen llevar estilos de vida más saludables a medida que envejecen.
«Cuando el ejercicio y la actividad física se introducen a una edad temprana, las investigaciones sugieren que la confianza en las capacidades de la persona y el interés por un estilo de vida más sano y saludable se establecen desde el principio y se mantienen durante el resto de su vida», afirma Gallucci.
Lo esencial
Quizá una de las mejores cosas que puedes hacer por la salud de tus hijos es ponerlos en movimiento, y desde una edad temprana.
Hacerlo no sólo les ayudará a tener éxito en la escuela y a mantenerse sanos en sus años escolares, sino que también les ayudará a fomentar el amor por el movimiento a lo largo de toda su vida.
¿Le ha parecido interesante el artículo sobre cómo inspirar el amor por el movimiento desde una edad temprana? ¡Por favor, compártalo!